Primero me dio la risa. Luego ya no tanto, al ver lo poco que algunos valoran nuestra cultura, y la permisividad con que los valencianos dejamos correr este tipo de ofensas que en otros lugares provocarían al menos una disculpa. Yo me quedo con el “caloret de les falles”, señora alcaldesa, pero espero que, un par de meses después, el fuego purificador de las elecciones traigan a mi ciudad dirigentes que tengan más respeto por su cultura y tradiciones.