La calma parece haber vuelto al sistema financiero ruso, pero a cambio de una radical devaluación del rublo. Después de que el ministerio de Finanzas anunciara que comienza a vender sus reservas de divisas, la moneda rusa se estabilizaba en torno a los ochenta rublos por euro y los sesenta rublos por dólar. En el llamado ya ‘martes negro’, se llegaron a tocar los cien rublos por euro. El primer ministro, Dmitri Medvedev, organizó este miércoles una segunda reunión de urgencia en dos días.