Una de las fantasías más recurrentes en los libros de los años setenta y ochenta del siglo XX, era que los coches, a partir del año 2000, volarían sobre las ciudades para mejorar la movilidad de las personas. Supuestamente, los atascos se iban a terminar gracias a que la población se desplazaría por el aire. Lo cierto es que ya se ha consumido un cuarto del siglo XXI y lo más futurista en algunas ciudades son los coches autónomos.