La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se erigió lideresa en el ayuntamiento de la capital catalana en mayo de 2015 tras considerarse la abanderada de la política por los más desfavorecidos. Sin embargo, superada la mitad de su mandato ha demostrado no ser así. Y no tardó en incumplir el programa electoral que defendía a capa y espada: al cierre del ejercicio presupuestario de 2016, no había invertido ni un solo euro de los que había previsto gastar en política social