He de confesar que siento cierto grado de envidia sana hacia los catalanes. Pero no porque ellos tengan, entre otras muchas cosas, la Sagrada Familia, El Paralelo, la Sala Bagdad, El Molino, el Puerto Deportivo de Barcelona, las Ramblas, la Sardana, el Pan Tumaca o la butifarra. Es porque tienen a la CUP. Qué suerte tienen los catalanes, por el simple hecho de disponer de una fuerza política como la CUP, ausente del escenario nacional, con la falta que haría en dicho escenario...No han gobernado nunca a nivel autonómico...