En lugar de buscar el equilibrio entre el capital y el trabajo, los dirigentes franceses arbitran a favor del primero. “Mi enemigo es el mundo de las finanzas”, clamaba el candidato Hollande en el gran mitin de Bourget. Los presidentes de las empresas son mis amigos, susurra hoy el presidente. ¿“El cambio es para ya”? Mirando hacia atrás, el eslogan de François Hollande tiene otro significado: “El cambio, era (solamente) para ya” –justo el tiempo que dura una campaña electoral.