Se puede ser de derechas, se puede ser de izquierdas y se puede ser imbécil. Luego hay imbéciles de derechas e imbéciles de izquierdas, claro está, y también hay imbéciles de baba, es decir, imbéciles redomados, y no hay nada peor que a un imbécil de éstos le den pábulo, le den audiencia a través de un partido político, de un muro de Facebook o de una antena de radio o televisión para que vomite su demagogia podrida y barata sobre el colectivo que se cruce en su insano cerebro.