Llegó apadrinado por el fenecido Alberto Ruiz-Gallardón a la Fiscalía General del Estado a finales de 2011 con fama de intelectual e independiente, amante del cine negro y del western. Tres años después, cuando le ha llegado el momento de desenfundar ante un asunto de Estado, uno de sus subordinados, el fiscal jefe de Cataluña, se ha reído a carcajadas dejándole en ridículo a él y al Gobierno.