Nadie es ajeno de que, en España, la natalidad va cayendo de año en año. De hecho, durante la última década los nacimientos han caído en un 30%, una cifra nada despreciable e indicativa de que las mujeres españolas no están por la labor de tener hijos y, si lo estuvieran, lo hacen a edades en las que existen factores físicos y sociales que limitan el número de hijos que los matrimonios o las madres solteras están dispuestas a tener.