Frente a la debilidad del turismo en otras capitales como Madrid, Barcelona cada vez atrae más turismo, pero tiene un gran coste: altos precios, ocupación del espacio público, falta de respeto a las minimas normas de higiene y convivencia por parte de turistas jóvenes de toda Europa. Los vecinos de la Barceloneta cortan el tráfico y hacen escraches hartos de las consecuencias.

"No invertimos en hoteles en Barcelona porque la gestión de la alcaldesa Ada Colau nos parece dantesca. Barcelona no pasa ya del 35% de ocupación. En Madrid ya estamos en el 90%. Los estadounidenses están borrando del mapa a Barcelona… Madrid es una ciudad europea. Barcelona, en cambio, es un absoluto desastre".

La ocupación hotelera crece un 152% en el primer semestre, y los ingresos, un 342%

Continuar creciendo turísticamente, sea con visitantes de poder adquisitivo o desconcentrando la actual presión, no es viable. Nos condena a incrementar los riesgos en un contexto de crisis climática y energética.

Programa de radio dedicado al turismo en Barcelona.

Hay una palabra que en los últimos tiempos, especialmente en los veranos, sobrevuela Barcelona y emerge en el debate público y mediático que genera la ciudad: turismo.

La Iglesia de Sant Joan de Gràcia ha amanecido con una pintada. "Amb guiris no gaudim. El turisme mata els barris". No durará, pero aunque sea brevemente, recuerda la preocupación latente de una parte de los vecinos del barrio ante la creciente presencia de turistas, que repercute ya en el precio de los alquileres y en el renfoque comercial de muchas tiendas.

El diario británico The Independent incluye Barcelona entre los ocho lugares que "más odian a los turistas" y explica que hay localidades que están adoptando medidas con el fin de restringir la llegada masiva de turistas. "La alcaldesa de Barcelona no es fan de los turistas", señala The Independent, que recuerda que el consistorio ha multado a plataformas como Airbnb por ofrecer alojamientos turísticos sin licencia.

El famoso "turismo de calidad" es más insostenible (si tal palabra puede usarse para hablar de turismo) que un turismo de menor capacidad de consumo.

La competencia por el poder es también una competencia por las inversiones, por la atracción del capital nacional e internacional. Barcelona apostó, durante los años noventa y coincidiendo con el efecto provocado por la celebración de los Juegos Olímpicos, por convertirse en un verdadero referente mundial de la industria turística, con especial incidencia en el turismo de congresos y negocios.

El alcalde de Barcelona Xavier Trias no presenciará la audiencia pública sobre turismo de este martes que tampoco se celebrará en el Ayuntamiento, tal y como pedía el tejido vecinalSe prevén protestas y un contenido de alto voltaje crítico en la biblioteca Jaume Fuster (19h.), que con un aforo de 240 personas se quedará pequeñaUn decálogo consensuado por los vecinos, sindicatos y expertos exige, e

¿Se imaginan a una empresa que destruyese su producto más exitoso y rentable? Resulta poco probable, por ejemplo, que Apple decidiese de pronto dejar de fabricar y comercializar sus iPhone. Quién sí parece dispuesto a degollar a su propia gallina de los huevos de oro es la ciudad de Barcelona, que se diría que ha iniciado una cruzada contra el turismo que no sólo se desarrolla en el plano institucional, sino que ha llegado a las calles y que ya está ocupando las páginas de la prensa internacional.

La ofensiva del Ayuntamiento de Barcelona se ha traducido desde julio del 2016 en la orden de cierre de 4.148 pisos ilegales. De estos, se ha comprobado con las reinspecciones que 2.355 ya no operan, según informó esta mañana la concejala de Ecología, Movilidad y Urbanismo, Janet Sanz, en una rueda de prensa conjunta con el concejal de Turismo, Agustí Colom, y los concejales del Ayuntamiento de Sevilla y Santiago de Compostela Antonio Muñoz y Marta Lois, respectivamente, que se han sumado a una campaña publicitaria contra los pisos [...]

El turismo y la cuestión de los vendedores ambulantes serán dos de los ejes principales de la campaña electoral en Barcelona.

Anarquistas y Arran atacan un bus turístico en Barcelona lanzando pintura blanca y roja e hiriendo a ocho personas y la sede de Barcelona Turisme

Un 53% de turistas de crucero consideran que se encuentran demasiada gente cuando visitan Barcelona. Su opinión coincide en buena parte con los residentes de la ciudad que conviven con este turismo, que consideran que el volumen de visitantes en las zonas más turísticas afecta a su calidad de vida.

La playa de la Barceloneta se ha convertido en un hotel para los turistas que quieren evitarse el coste de este equipamiento. Una opción low cost que muchos extranjeros practican en este espacio icónico de Barcelona y que deja una imagen impactante: varias tiendas de campaña y personas durmiendo en sacos de dormir encima de la arena. Una situación que los vecinos del barrio barcelonés han denunciado varias veces al Ayuntamiento de Barcelona.

Entrevista a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

La presión turística en Barcelona afecta de forma destacada a los barrios del Distrito Sant Martí, y el nuevo Plan Especial Urbanístico no ha contentado a nadie.

Los barceloneses sobre los 7,4 millones de visitantes: "No queremos más esta clase de turismo"

El nuevo equipo de gobierno de la ciudad se enfrenta a la dificultad de hacer compatible el uso del espacio urbano por los visitantes con la vida cotidiana de los vecinos.

"Estamos aquí para señalar la promotora Elix, porque es una de las muchas inmobiliarias que, con la complicidad de actores privados y las instituciones públicas, son responsables del incremento de precios de la vivienda y del alquiler, ahora sólo asumible por las rentas altas y el turismo ". Así comenzaba el manifiesto que ha leído Araceli Casado, del colectivo vecinal Hacemos San Antonio, en la acción que una cincuentena de vecinas ha protagonizado esta tarde ante la sede de la empresa inmobiliaria Elix, situada en el Pasaje Permanyer con la c

Documental acerca del turismo masivo y sus graves efectos en Barcelona. En una década la cantidad de turistas se ha triplicado y la economía ha explotado un patrimonio construido por generaciones anteriores. Algunos de sus ciudadanos no tienen reparo en traer más turistas sin pensar en las graves consecuencias que ello conlleva. Se han perdido espacios emblemáticos de la ciudad: La Rambla, el Barri Gòtic o el Born, ahora se les suman la Barceloneta, Sagrada Familia, y el Park Güell cuya exagerada explotación llevó a su cierre.

Frente a la debilidad del turismo en otras capitales como Madrid, Barcelona cada vez atrae más turismo, pero tiene un gran coste: altos precios, ocupación del espacio público, falta de respeto a las minimas normas de higiene y convivencia por parte de turistas jóvenes de toda Europa. Los vecinos cortan el tráfico y hace escraches hartos de las consecuencias.