Soy una feminista negra orgullosa, pero a veces me canso mucho del feminismo, especialmente del feminismo convencional al que le gusta acusar a las mujeres negras de ser divisivas por mencionar el racismo. Como si el movimiento no hubiera silenciado, desatendido y rechazado nuestro liderazgo y necesidades desde el comienzo. Y, sin embargo, nunca abandoné lo que el feminismo tiene el potencial de ser. Me tomó años cultivar una práctica feminista que me nutre, y en el proceso, tuve que filtrar a través de formas de feminismo que no eran para mi.