Francia vuelve a estar en el caos. Primero el problema de los disturbios en los suburbios, luego los enfrentamientos entre la policía y los chalecos amarillos y ahora también la guerra entre los magrebíes y los chechenos que conmocionó a Dijon, transformándolo en un verdadero campo de batalla. Vehículos y contenedores incendiados, automóviles lanzados contra "enemigos", palos, hachas, cuchillos, armas de fuego, señales de tráfico derribadas, cámaras apagadas con disparos de rifle, bloqueos de carreteras con muchas hogueras, escenas dignas de un