Desplazarnos en coche por sistema contamina el aire, provoca ruido y nos hace engordar: acabamos muriendo y matando sin darnos cuenta. Muriendo, porque engordamos, y matando, porque cada vez que usamos el coche emitimos un poquito más de sustancias contaminantes que, acumuladas, terminan por causar perjuicios a la salud de nuestros vecinos. Se necesitan medidas valientes que detengan este círculo vicioso de dependencia del coche, al menos tal y como está planteado hoy en día