Ha sido una excusa frecuente: las mujeres cobran menos porque tienen menos nivel educativo que los hombres. Sin embargo, esta máxima ni ya es cierta ni sirve, por tanto, para explicar la brecha salarial que persiste. Los últimos datos, de 2017, muestran que la brecha salarial entre mujeres y hombres se sitúa en el 21,9%: son 0,4 puntos menos que en 2016 y es el cuarto año seguido que disminuye. Su nivel actual es el mismo que tenía en 2008, antes de estallar la crisis, o lo que es lo mismo, diez años después estamos en el mismo punto.