Este artículo es para quienes creen que “el azul para niño” y “el rosa para niña” están ya superados. Nada más lejos de la realidad. La vieja costumbre de encasillar a las personas en categorías estancas es ahora más sutil, pero precisamente por esto también más peligrosa. El mecanismo segregador actual se encuentra, entre otros factores (imágenes, hechuras…), en el uso del idioma. Eso es lo que el lenguaje de las camisetas está haciendo con nuestros jóvenes, de manera silenciosa, pero sistemática.