Leticia Dolera está rodando una serie con tres protagonistas femeninas, un equipo liderado por directoras en casi todos los departamentos técnicos, con otras dos directoras para el rodaje de la mitad de los capítulos —algo poco o nada habitual en nuestra industria audiovisual— y con cinco empleadas embarazadas, una de ellas ya de baja por maternidad. Pero resulta, y a pesar de todo, que es una mala feminista y que no está comprometida con el movimiento.