El líder de la oposición, asesinado por oficiales de las Fuerzas de Orden Público y militantes armados de un partido de la mayoría. Si fuese la España de 2016, sería el fin de la paz. En una madrugada de julio, un grupo que viajaba en un vehículo de la Policía, entre ellos un capitán de la Guardia Civil y algunos militantes armados de la mayoría política, fue a buscar al conocido diputado a su domicilio. Obligado a acompañarles, sería asesinado minutos después, con varios disparos, y abandonado ya muerto, a la puerta de un cementerio...