Sin embargo, hay que reconocer que la desobediencia de los concejales de Badalona ha sido más descafeinada en este caso: se han cuidado muy mucho de pedir a trabajador alguno del Ayuntamiento que hiciera acto de presencia, con lo que han evitado el riesgo de lesionar el derecho de libertad ideológica que antes les mencionaba, y la actividad desarrollada ha sido cualquier cosa menos parecida a la de un día ordinario. Se desobedece, pero sólo un poco.