El acuerdo con Vox mantiene que hay que «evitar el adoctrinamiento político en las aulas», pero de fracaso escolar no se dice ni una palabra.No puede terminar bien la andadura de un partido que con Rajoy era centrista, con Pablo Casado se hizo derechista, tras su derrota en las legislativas de abril reculó de nuevo hacia la moderación y ahora, para mantenerse en pie conservando las autonomías de Murcia y Madrid y el Ayuntamiento de la capital, se escora más aún a la derecha y se echa en brazos de Vox. Demasiadas concesiones.