La deriva de una parte de la justicia en España ya es más que preocupante. Aún no nos hemos repuesto de la decisión hace un par de días de un juzgado catalán de silenciar al claustro de la Universidad de Barcelona. Y ahora, Pablo Iglesias. Entre esto, lo del Consejo General del Poder Judicial caducado y haciendo nombramientos, lo del Supremo anulando la sentencia de las hipotecas que condenaba a los bancos, lo del archivo del máster de Casado… ¿tenemos que creer que no hay algo más que algunas manzanas podridas en la justicia Española?

La Asamblea de Madrid se ha convertido en un esperpento. El pleno del pasado jueves lo evidenció, de forma más nítida que nunca, los malos modales de la presidenta Ayuso. Estamos acostumbrados a que en cada pleno se nos maltrate, no se nos mire mientras nos dirigimos a ella, no nos llame por nuestro nombre, o nos insulte. Pero lo que nunca había sucedido es que en tono desairado y hablando sobre un tema tan sensible como fue lo acontecido en las residencias de mayores donde se dejó morir sin socorro a más de 8.000 personas dijera que ella pasa

Sucedió estos días, cuando las flotas española, francesa e irlandesa faenaban cerca de las costas gallegas, donde se concentraban cardúmenes de atún blanco. Desde el patrullero militar español Arnomendi, un inspector de pesca embarcó en un arrastrero gallego que pescaba en la misma zona para supervisar su actividad, su documentación, sus equipos, sus aparejos... Llegó cuando el buque, que operaba en pareja, comenzaba a recoger el primer lance del día.