Las evidencias de una alianza táctica entre la izquierda, y especialmente la más radical, y el islam, y especialmente el islam más radical, están por todas partes. Ante cualquier comportamiento violento de grupos islamistas, es siempre la izquierda la que muestra la reacción más comprensiva, esforzándose por 'explicar', minimizar o incluso justificar el acto. Vivimos un momento de extraños compañeros de cama, de fractura de las líneas ideológicas de la posguerra y alianzas inesperadas.