La tarea de este mando saltó a la opinión pública en abril de 2016, cuando el activista barcelonés Quim Gimeno lo denunció en el juzgado de guardia de Barcelona por un presunto delito de coacciones. Gimeno grabó las conversaciones con el inspector -que iba acompañado de un inspector en cabeza-, la Directa las publicó y finalmente, la activista entregó este material a la juez. Según consta en la querella, el inspector se hacía llamar Daniel Sánchez Garcés. El caso trascendió en las redes sociales con la etiqueta
#EstatInfiltrat. El objetivo de l