Mide un metro y medio de altura, pesa unos 180 kilos y se desplaza suavemente por el pavimento con un panel frontal de lucecitas que parpadean, como si acabara de descender de una nave espacial. Pero no es un artilugio extraterrestre, sino el robot de vigilancia K5, diseñado por la compañía Knightscope, que patrulla en decenas de aparcamientos y centros comerciales de California. Con más aspecto de Dalek que de Robocob, el K5 está programado para patrullar, detectar intrusos y escanear matrículas, además de grabar todo lo que ve.