En los Cuadernos de la cárcel, de Antonio Gramsci, en el 7º, nota 6, de la edición de Einaudi se encuentra una célebre observación que ha hecho correr ríos de tinta en la exégesis marxiana: "En Oriente, el Estado era todo. La sociedad civil era primitiva y gelatinosa. En Occidente se daba un equilibrio entre el Estado y la sociedad civil y, en el temblor del Estado se observaba de pronto una estructura robusta de la sociedad civil. El Estado solo era una trinchera avanzada tras de la cual había una robusta cadena de fortalezas y cuarteles."