"No hemos visto que pase nada", se quejó Warren. "Le dije a algunos de mis amigos 'despiertos' que este sería el mejor Día de Acción de Gracias de la historia o el peor. ¿Adivina cuál fue?" "Durante meses he anticipado cada día con emoción sabiendo que estaba viendo a mi presidente y a sus escuadras de patriotas recuperar nuestro país y nuestra libertad", agregó. "Ahora estoy perdiendo esa emoción. Esto está empezando a quedarse muy pasado. No revisaré la página de Lin [Wood], ni [General Michael] Flynn, ni ningún otro durante un buen tiempo.”

El uso reciente del término "Q*Anon" por parte de Musk es su respaldo más explícito al movimiento hasta la fecha. Desde entonces, los conspiradores han pasado días diseccionando su significado y animando su aparente apoyo. La publicación de Musk, que ha sido vista 7,8 millones de veces, está vinculada a una historia que hace referencia a un proyecto secreto de OpenAI conocido como Q* (pronunciado Q star). Al instante, los espacios en línea donde QAnon todavía florece (tableros de mensajes, Telegram y el propio X) se Iluminaron con creyentes

Estamos hablando de los círculos del Estado Profundo, que es ese submundo de ramificaciones globalistas que constituye el gobierno secreto de Estados Unidos y de todo el mundo occidental. Nos referimos a clubes como el Council on Foreign Relations, financiado por la omnipresente familia Rockefeller, que está muy ligada a otra poderosa familia Ashkenazi, los Rothschild.

que leyó Carlos Herrera y ahora intoxica las redes. Marcial Cuquerella, al que varias fuentes apuntan como miembro de la sociedad secreta ultracatólica, reconoce ser el autor de la teoría de la conspiración que se viralizó tras ser difundida en directo por el presentador de la Cope. La teoría de la conspiración que asegura que las cartas con amenazas de muerte a políticos de izquierda forman parte de una estrategia para manipular las elecciones del 4M corre desde hace días por las redes de la ultraderecha española. Una de sus variantes

Tres años después, David Jiménez (Barcelona, 1971), exdirector de El Mundo, ha reconocido en su libro El director (Libros del KO) que no hizo caso a quienes le advertían de que el periódico estaba participando en la cacería a la entonces diputada de Podemos y magistrada Victoria Rosell: “Como director no había hecho las preguntas necesarias y había desatendido las sospechas de quienes desde el entorno de la acusada me habían advertido de que se trataba de una conspiración”.