Aunque El Valle de los Caídos está considerado “cementerio público”, no religioso, y su titularidad es estatal y dependiente de Patrimonio Nacional, el derecho canónico hace que sean unos monjes benedictinos que dependen de una abadía en Francia los que deciden qué pasa dentro de la basílica, aunque no sea de su titularidad. Por ejemplo, se supone que la gente debería poder visitar el interior de las instalaciones, que tenemos tal derecho, pero los monjes tienen echado el cierre y nadie ha traspasado sus puertas en estos años.