Los desahucios por impago del alquiler se han disparado, mientras que los derivados de las ejecuciones hipotecarias se desploman casi un 20%. La codicia, las ansias de enriquecimiento desmedido por parte de las personas arrendatarias han provocado un serio problema no sólo de habitabilidad, sino de empleo, pues la burbuja del alquiler se ha trasladado también a los locales comerciales. Decenas de miles de emprendedores echan el cierre o ni siquiera pueden arrancar sus negocios por precios de alquiler disparatados.