Se veía venir. Vladímir Putin intervino en la guerra civil siria en octubre, y Turquía no tardó en denunciar que los aviones de guerra rusos estaban violando su espacio aéreo. Además de quejarse, el presidente Recep Tayyip Erdogan y su primer ministro, Ahmet Davutoglu, amenazaron a Rusia: insistieron en que su país es un miembro de la OTAN y que, aplicando el Artículo 5, un ataque en Turquía supondría un ataque contra todos los miembros de la Alianza.