Una noche de diciembre de hace más de un lustro, en plena fiesta navideña ofrecida por la Comunidad de Madrid y cuando los empleados del cátering comenzaban a recoger las barras del cóctel, el entonces consejero de Justicia e Interior, Francisco Granados, quiso continuar la fiesta: "Pues se hace una ampliación de contrato", comentó entre risas ante la negativa del encargado, y soltó un "si no hay más botellas traemos las de mi despacho". Parecía una fanfarronada. Pero, al final, los camareros, que se miraban medio extrañados...