La guerra interna que vive el socialismo desde hace meses ha estallado esta semana con toda su crudeza. Que nadie se confunda, porque la batalla ya no es entre Sánchez y Susana Díaz, ni entre los partidarios del "no" y los de la abstención a un gobierno de derechas. El debate socialista ya sólo gira sobre la gestión y los paupérrimos resultados a los que Pedro Sánchez ha llevado al PSOE, pero también sobre la ausencia de liderazgo y sobre la deriva de un proyecto errático en lo político y guerracivilista en lo orgánico.