La ruptura en Cataluña es una enmienda a la monarquía, el centralismo, el bipartidismo, las élites, el autoritarismo y las estructuras franquistas del sistema. El poder quiere una segunda Transición que lleve a una Restauración, porque si dejara votar a los catalanes, tendría que dejarnos votar a todos. El procés no es un proceso anticonstitucionalista como dicen los que se autodenominan constitucionalistas, es un proceso constituyente. Cuando la calle se desborda es porque el cauce legal se ha quedado pequeño y hay que encontrarle un nuevo..