Es una de las múltiples formas que tenemos de eludir las obligaciones en las tareas del hogar y de los cuidados, de practicar el arte del “escaqueo”, o el “no estoy capacitado para ello, ustedes estáis más preparadas y lo hacéis mejor” u otras artimañas, como hacerlo mal queriendo, para que ante nuestra ineptitud ellas opten por suplirnos. Pero esto no sucede solo en las tareas del hogar y los cuidados, sino también en cualquier otra faceta de la vida en la que se cuestionen nuestros privilegios, posición de poder o jerarquía.