El pasado 17 de enero tuve el privilegio de presenciar, en vivo y en directo, la expectación que había levantado el acto de presentación de Podemos. Fue en el Teatro del Barrio, en pleno Lavapiés madrileño, y cuando llegué al lugar poco antes de las nueve y media de la mañana, en la calle Zurita había ya cientos de personas que empezaban a asumir lo difícil que les iba a resultar asistir en directo a tan concurrida presentación “en sociedad”.