“No me importa si es usted blanco o negro, musulmán o cristiano. Ni tan siquiera si es homosexual o heterosexual. Usted tráigame dinero y seguro que seremos buenos amigos, ya que a fin de cuentas, patria, al igual que madre, solo hay una. Y en términos económicos, que sin duda son los que nos interesan a usted y a mí, esa patria solo tiene un nombre: dinero” (supongo que por ese motivo se reúnen la mayoría de los más pudientes en los paraísos fiscales, o sea, en su verdadera patria).