El ‘lobby’ periodístico del que se ha rodeado la portavoz del Gobierno -a los demás les niega la palabra y en paz- no sólo resultan inofensivos sino que, además, le otorgan a doña Soraya una pátina de pluralismo maravilloso. Y los periodistas, presos de su vanidad, colaboran: en cuanto ceden el micrófono se quejan del carácter arisco y manipulador del PP. Pero en abierto. Micrófono o pluma, mutis por el foro de la rebelión. E insisto, el que no forme parte del ‘lobby’… ver, oír y callar. Al menos en Moncloa.