los usuarios de WhatsApp pronto han visto los importantes inconvenientes de este nuevo funcionamiento: la falta de privacidad y las opciones que da de control de nuestra actividad a los demás. A esto habría que añadir la cantidad de malentendidos e interpretaciones negativas que se pueden facilitar con esta señalización: “sé que ha leído mi mensaje pero no me ha contestado, ¿será que está con otro?, ¿es que tiene un problema conmigo?, ¿no me tiene en cuenta?, ¿lo hace a propósito para molestarme?...” Un sinfín de “¿y si... ?”