La realidad es la que es, y evidencia que en España existen otros «pablosechenique» poco afortunados, con unas prestaciones precarias (vinculadas a la ley 39/2006 de Promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia), sin acceso al mercado de trabajo, beneficiarios de una pensión no contributiva escasa… Esto aboca a estas personas a contratar asistencia personal al margen del mercado regular de trabajo o a recibir apoyos de la familia.