El País Vasco gasta más que nadie en educación, tiene los niveles más altos de alumnos en preescolar, tiene la menor tasa de abandono escolar. Sus maestros ganan más que los del resto de España (como todos los funcionarios, claro) y los resultados PISA han confirmado que sus alumnos son los más retrasados. ¿Pueden imaginarse mayor discriminación que obligar a las tres cuartas partes de los alumnos a aprender matemáticas, historia o ciencias en una lengua que no es la suya y que no hablan fuera del colegio y hacerlo por razones políticas?