En efecto, comparados con la interminable instrucción del caso Gürtel, los sucesivos tomos de Juego de Tronos, la todavía inacabada epopeya de George R. Martin, parecen ediciones abreviadas del Calendario Zaragozano. El juez Ruz acaba de cerrar la primera entrega (denominada Época I: 1999-2005, como los Episodios Nacionales) y hay en ella tal cantidad de mangantes populares, tal patulea de tesoreros, alcaldes, consejeros y senadores genoveses haciendo cola para el trullo que daría para llenar el censo completo de los Lannister y los Stark...