Ochenta años han tenido que pasar para que los familiares de 27 personas asesinadas por la dictadura franquista y arrojadas a una fosa común en el cementerio de Almagro han podido recuperar sus cuerpos.

El eldense Vicente Machirán envío una carta a su mujer horas antes de ser ejecutado con la esperanza de que sus restos fueran identificados en el futuro. Su hijo ha podido identificar a a su padre por una chapa que se ató al tobillo antes de ser fusilado en Alicante.

El vicesecretario de jóvenes de Vox en València, Manuel de la Cruz, explica así las imágenes publicadas en su perfil de Twitter en las que aparece disparando lo que aparentemente es el mencionado fusil. En su perfil de Instagram incluso llegó a compartir un vídeo armándolo y disparando. En la misma historia de esta red social compartía también una imagen con simbología falangista, en concreto las flechas y el yugo sostenidas por la figura de un ángel con la leyenda “sol invictus”

El 23 de julio de 1936, apenas unos días después del golpe de Estado militar contra el Gobierno de la II República, las tropas franquistas asesinaron en Ribadeo, Lugo, a un total de siete personas.

El curso de 1934 arrancó en Bañuelos de Bureba con nuevo maestro. Antonio Benaiges Nogues, de 31 años, natural de Tarragona, hijo de Teresa Nogués y de Jaime Benaiges y de una familia de inspiración pedagógica, llegó con plaza en propiedad a la Escuela Nacional Mixta de aquel pueblo, a medio camino entre Burgos y Miranda de Ebro. No llegaba a 200 habitantes. Antonio se licenció como maestro en 1929 y aplicaba desde 1933 las técnicas pedagógicas ideadas en los años veinte por el maestro y pedagogo francés Célestin Freinet (1896-1966).

Colectivos memorialistas, el Partido Comunista y las Juventudes Socialistas recordado “a los 56 luchadores por la libertad fusilados en el Cementerio del Este el 5 de agosto de 1939, una vez terminada la Guerra Civil, por su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas”.Colectivos memorialistas y el Partido Comunista de España en Madrid han recordado a las Trece Rosas y los 43 Claveles en el Cementerio del Este al cumplirse 84 años de su fusilamiento.

Enumerando uno a uno sus nombres, su edad, el municipio al que pertenecían y la fecha en la que los golpistas hicieron efectiva la condena a muerte han sido homenajeados los 107 hombres y una mujer que se sabe que fueron fusilados en 1939 en las tapias del cementerio parroquial de Colmenar Viejo (Madrid). Se ponen fotos frente a carteles que recuerdan sus rostros mientras se explica el estado actual de las exhumaciones.

El nuevo gobierno del PP y Vox de la localidad madrileña de Torrelodones, que lidera la popular Almudena Negro, quiere eliminar el nombre de la plaza que está junto al Ayuntamiento del que fuera último alcalde republicano de Torrelodones, Mariano Cuadrado, que fue fusilado junto a un buen número de alcaldes y concejales de la Sierra en las tapias del Cementerio del Este el 15 de septiembre de 1939.

Recientemente se ha visto a un grupo de soldados ucranianos portando el arma de diseño y fabricación española, fuera de servicio desde 1999 por “deficiencias técnicas”, que habría llegado al país invadido como parte de las donaciones españolas de material militar.

La fiscalía mexicana afirmó en un comunicado que había "logrado obtener una condena" contra 11 policías acusados de homicidio, y otro declarado culpable de abuso de poder. Serán confirmadas en los próximos días y pueden llegar a 50 años en prisión. La muerte de los 17 migrantes ocurrió en enero de 2021 en la comunidad de Santa Anita, estado de Tamaulipas, cerca de la frontera con EE.UU., a donde iban. Según la fiscalía, las víctimas (16 de Guatemala y 1 de Honduras) "perdieron la vida por heridas de bala y posteriormente fueron incineradas".

Sabían que la muerte les alcanzaría en las siguientes horas. Habían sido condenados a la pena máxima por los tribunales franquistas en la España en la que el objetivo de aniquilar al enemigo rojo engrosó por miles las listas de republicanos ejecutados. En la oscuridad y soledad de la prisión, poco antes de ser dirigidos al pelotón de fusilamiento, quisieron dedicar sus últimas palabras a sus padres, parejas, hijos, hermanos y amigos. Sabiendo que nunca volverían a verlos, usaron sus últimos instantes de vida para despedirse de quienes más querí