La fotografía suscitó expectación al ser la primera de la princesa, de 42 años, desde que se sometió a la operación quirúrgica en una clínica de Londres por una dolencia que no se ha especificado del todo y que ha sido motivo de numerosas conjeturas. Sin embargo, si la princesa de Gales pretendía acallar rumores y especulaciones, el tiro le ha salido por la culata. La foto, tomada por el príncipe Guillermo a principios de la semana pasada en su residencia en Windsor (a unos 40 kilómetros de Londres), estaba manipulada.