Alfonso Rojo llamó gordita a Ada Colau. Fue durante una discusión acerca de la crisis, de su realidad y de si Colau la amplificaba o no. Rojo le espetó: “Si vamos a lo personal, para lo mal que lo pinta usted y el hambre que está pasando, yo la veo bastante gordita”. Una de las cosas buenas de la sociología es reconstruir los implícitos que conducen nuestro juicio y nuestro ánimo. A veces no son evidentes en las escenas en que nos movemos. Veamos qué podemos sacar de esta.