Una de las mayores preocupaciones de quienes se dedican a la investigación y el estudio de este tipo de delincuentes es “la normalización” de sus conductas. La absoluta intimidad que internet elimina la necesidad de intermediación social en el consumo, algo que va ligado, por ejemplo, a la prostitución. “Sabemos por experiencia que la exposición a imágenes de abuso sexual extremo normaliza las relaciones sexuales con niños, que acaban viendo no solo como algo normal, sino deseable”, explican fuentes de la investigación.