Setenta años después del final de la II Guerra Mundial, las bombas de entonces siguen acechando a la población alemana. Cada año más de 2.000 toneladas de munición que no explotó reaparecen a la superficie. Los artificieros de la policía se encargan de detonarlas. Una tarea que se incrementa con cada renovación urbanística.

El estallido del artefacto alcanzó a un experto en explosivos de la policía, que podría perder un ojo y una mano. La bomba fue colocada frente a la sede de la librería Il Bargello, con vínculos con el movimiento de extrema derecha Casa Pound.

Un equipo de artificieros del Ejército británico se ha desplazado a una facultad universitaria de Trafford, en las afueras de Manchester, por una alerta de seguridad, informó hoy la Policía local.. Artificieros acuden a una facultad de Manchester por una alerta de seguridad