La familia de Andrea no tiene ninguna duda de que la joven ha sido una víctima más de la violencia de género. Su madre, Inma, rota de dolor lamenta que durante dos años no les dijera nada. Andrea llegaba a casa con heridas pero las achacaba a su perro, hasta que las alarmas saltaron cuando su novio Víctor le dio una paliza en el bar en el que trabajaba. En ese momento, Andrea cortó la relación y hace poco más de una semana, Víctor estuvo a punto de atropellarla. Inma convenció a su hija para denunciar el caso.