(...) Aunque suene tan rancio, el viejo cuento de los reyes todavía funciona. Aquí en España, por ejemplo, hay uno. O dos, incluso: uno en ejercicio, otro jubilado. Y la mayoría de los españoles los toleran o quieren. Para eso deben pretender que olvidaron su origen —que está, faltaba más, muy bien documentado—. Circula en internet la filmación de aquel momento decisivo en que el viejo general Francisco Franco, asesino de tantos, declaraba solemne: “Don Juan Carlos de Borbón y Borbón […], he decidido proponerle a la patria como mi sucesor”.