Desde la distancia, el muro parece estar cubierto de caramelo multicolor, de cerca, no es tan bonito. El muro tiene ahora un estimado de un millón de chicles, algunos estirados y convertidos en mensajes, corazones y otros diseños. La gente además ha estado usando la superficie viscosa para adherir fotos y otros recuerdos. Desde el martes, comenzaron a usar poderosas limpiadoras a vapor para limpiarlo. “Es un icono. Es historia”, dijo Zoe Freeman, que trabaja cerca, “El mercado es famoso por el muro de chicle. Pero también atrae ratas”.