Constantino, el director de la orquesta, indica que no hay diferencia entre la música que interpretan y la de autores clásicos: “hay que tratar a la música de cine con el respeto que se merece, como si se estuviera tocando una sinfonía de Shostakovich, Mhaler o una ópera de Puccini. Al final el público no es tonto.” Sí señala un matiz, y es que existe registro sonoro de las obras que interpretan. Por ello, intenta ser fiel a las intenciones originales de los creadores a la hora de trabajar y ejecutar las partituras.