Un equipo de investigadores logra regenerar tejido neuronal del oído interno usando los impulsos elécticos del implante coclear.

Artículo escrito por un científico que experimenta ocasionalmente con animales. Justifica y explica la necesidad de algunos experimientos a la vez que elogia la (involuntaria) labor de estos "héroes anónimos".

Este viernes comienza una de las mayores pruebas médicas con una posible vacuna ante el ébola, en Laussane, Suiza. Los participantes reciben hasta 845 dólares en compensación. El médico que lleva a cabo el estudio asegura que tiene a un grupo de voluntarios para comenzar la prueba, en su mayoría, personal médico y estudiantes de medicina.

El 13 de enero entró en vigor la nueva normativa en la que se regulan este tipo de estudios con medicamentos. Los voluntarios en España pueden cobrar desde 400 hasta más de 3.000 euros. El ensayo fallido en Francia, con una persona en muerte cerebral y cinco hospitalizadas en estado muy grave, abre el debate sobre la seguridad y los riesgos de este tipo de prácticas.

Haydon, de 29 años y residente en Seattle, estado de Washington en la costa pacífica de EEUU, se apuntó al ensayo clínico casi por impulso. No fue hasta que recibió una llamada de Moderna, la farmacéutica encargada del proyecto, que tomó plena conciencia de lo que estaba a punto de hacer: convertirse en un sujeto de experimentos en la vertiginosa búsqueda mundial para la vacuna del coronavirus. Moderna es solo una de las farmacéuticas e instituciones más adelantadas de los 70 proyectos presentados alrededor de todo el mundo.

Joan Pons, sanitario en Inglaterra, es uno de los 10.260 voluntarios que se han dejado infectar con el coronavirus.

Joan Pons, el enfermero español que es voluntario en los ensayos clínicos de fase 3 de la vacuna contra el Covid-19 de la Universidad de Oxford, ha dado positivo en coronavirus, según él mismo ha aunciando en su perfil de Twitter. Se encuentra bien y no sabe si ha recibido la vacuna o un placebo.