Se habla mucho, y con razón, de la famosa superioridad moral de la izquierda; pero poco se constata la potente aparición de una superioridad moral de la derecha muy superior a nivel práctico, basada en eso del “opinar sin complejos”, que consiste en la ausencia total de moral o consideración. Y digo “superior” (no "mejor") porque se asienta en saltar por encima de toda moral. Como ambas superioridades operan en planos distintos, cada una desemboca en un lugar diferente y conforma dos sujetos opuestos.
